domingo, 23 de octubre de 2011

Millesime: punto y final

Ambiente el pasado viernes a la hora del aperitivo
En anterior post me preguntaba en qué salón me iba a tocar comer. Misterio resuelto: en el capitaneado por Pepe Solla, Pepe Rodríguez Rey y Joan Roca me dejé (más bien me dejaron) caer. Me hubiera encantado reproducir aquí el menú que tomamos pero, como a veces soy lo peor, he perdido la minuta que, supuestamente, me guardé. Si yo fuera una empresa que ha pagado 13.000 euros por poder disfrutar en una mesa de este menú elaborado por cocineros michelinianos, el cabreo me duraría, por lo menos, hasta la próxima edición. Como no es mi caso, diré que el menú estaba pasable aunque es, era, francamente mejorable. Salvable el postre láctico de Joan Roca. Irritante la (escasa) temperatura de los platos. Este ha sido mi tercer año comiendo en Millesime: este ha sido, de todos los almuerzos, el peor.
A la  tarde pregunté a Pepe Solla el motivo de estar aquí si no se podía servir cómo a uno le gustaría: por imagen, me aclaró. ¡Quizás tenga razón!

Con Pepe Solla. Foto de Eva Rico
La sobremesa, alejada de la zona gin-tonics (excepto por el gin-tonic sólido de Víctor García de Haro) transcurrió a tragos de Mumm Rosé.


Gin tonics sólidos de Víctor García de Haro
Lo mejor: la habilidad de mis amigas para librarse de quien les resulta molesto.
Lo peor: que alguien te niegue a la cara haber oído algo que ambos habíamos escuchado perfectamente.
¡Hasta el año que viene!

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